Hace tanto tiempo que no hablo ni escribo español. La voz
que se había callado me llama desde un oscuro rincón de
una callejuela de la Barceloneta. No conozco a Víctor,
de momento,

pero ya sé que vendrán minutos y horas placenteras. Ya me
gusta su manera de pintar el espacio. "La luz sucia de la
bombilla en la pared de ladrillo le sacaba punta a la miseria
del callejón como a un lápiz."

Me encantará secundar a Sophie y Víctor en el papel olvidado
de trujamán. Miro el reloj. De aquí a diez minutitos me iré
rumbo a la librería. ¿Cum grano salis? No sé, me lo imagino.
¡Qué bien me sienta!...