poblades de monstres ridículs. Mes un dia, vorejant
el llac artificial de Vilanova, a prop de casa meva,
m'adoní de què feia olor de mar blava. Tot se confonia.
Terra i mar, cel i flora; el meu esperit ho guardava tot
en un grapat de somnis.


Los límites de mi mundo

Nunca había querido ver los límites de mi mundo,
dejando a los demás la fantasía de las "terræ incognitæ",
pobladas de monstruos ridículos. Pero un día, bordeando
el lago artificial de Vilanova, cerca de mi casa,
me di cuenta de que olia a mar azul. Todo se confundía.
Tierra y mar, cielo y flora, mi espíritu lo guardaba todo
en un puñado de sueños.